La Propuesta
Conocer el sector a través de los guías de ruta (niños y jóvenes entre los 8 y los 18 años) siendo ellos mismos los que trazan los circuitos o rutas que permitan responder a las inquietudes y necesidades de la ciudad de Medellín, explorando las oportunidades que tiene el lugar gracias a la existencia de recursos naturales, culturales, sociales, históricos y demás.
En consecuencia, los niños y jóvenes tendrán la oportunidad de capacitar sus potencialidades de una manera creativa y mostrar que se vive no solo de una infraestructura físico-espacial compartida, sino que en ella están inmersas dinámicas interesantes y que perfectamente pueden ajustarse a planes turísticos alternativos o formas de conocer la ciudad y de percibirla lejos de los imaginarios implantados que se tienen, donde quien la conoce de esta forma se convierte en un ciudadano con un conocimiento más completo de su ciudad y sus habitantes
Por lo tanto, la propuesta busca marcar una tendencia e incidir de manera positiva en todos los actores que intervengan, es decir, principalmente los niños por ser quienes llevan a cabo la ruta, pero también vincular con este trabajo a la comunidad en general y a los ciudadanos. Es así como hablamos de una triada horizontal en la que cada uno de los elementos es indispensable para llevar a cabo una ruta que cumpla con los objetivos y metas, respetando el proyecto global:
Se propone pues, a lo largo de las actividades, prestar especial interés al imaginario se tiene del lugar, la mirada de los niños, como la sienten sus habitantes y como la percibe la ciudad. El trabajo que se hace en Rutas en Turismo Comunitario “una mirada infantil de la ciudad” supone ir más allá del acceso o la visita a un lugar, la inclusión se construye desde la participación activa de los ciudadanos y la comunidad, siendo con este proyecto la herramienta que encontrarán los niños para ser el puente de comunicación entre los actores. Esto implica fortalecer las relaciones sociales, superar los prejuicios, potenciar el aprendizaje significativo y lograr la integración de las diferentes disciplinas para atender problemas comunes.
En consecuencia, los niños y jóvenes tendrán la oportunidad de capacitar sus potencialidades de una manera creativa y mostrar que se vive no solo de una infraestructura físico-espacial compartida, sino que en ella están inmersas dinámicas interesantes y que perfectamente pueden ajustarse a planes turísticos alternativos o formas de conocer la ciudad y de percibirla lejos de los imaginarios implantados que se tienen, donde quien la conoce de esta forma se convierte en un ciudadano con un conocimiento más completo de su ciudad y sus habitantes
Por lo tanto, la propuesta busca marcar una tendencia e incidir de manera positiva en todos los actores que intervengan, es decir, principalmente los niños por ser quienes llevan a cabo la ruta, pero también vincular con este trabajo a la comunidad en general y a los ciudadanos. Es así como hablamos de una triada horizontal en la que cada uno de los elementos es indispensable para llevar a cabo una ruta que cumpla con los objetivos y metas, respetando el proyecto global:
Se propone pues, a lo largo de las actividades, prestar especial interés al imaginario se tiene del lugar, la mirada de los niños, como la sienten sus habitantes y como la percibe la ciudad. El trabajo que se hace en Rutas en Turismo Comunitario “una mirada infantil de la ciudad” supone ir más allá del acceso o la visita a un lugar, la inclusión se construye desde la participación activa de los ciudadanos y la comunidad, siendo con este proyecto la herramienta que encontrarán los niños para ser el puente de comunicación entre los actores. Esto implica fortalecer las relaciones sociales, superar los prejuicios, potenciar el aprendizaje significativo y lograr la integración de las diferentes disciplinas para atender problemas comunes.